"Smit Salvage" acusa del desastre a Fomento

"Smit Salvage" acusa del desastre a Fomento por "no consultar con expertos, sólo con políticos"

La decisión de conducir al Prestige lo más lejos posible de la costa gallega fue una decisión más política que técnica.

Esta afirmación, defendida desde el principio por todos los colectivos ecologistas, grupos políticos y expertos del sector marítimo, es la que mantiene la Smit Salvage, la compañía que asumió el complicado rescate del petrolero por encargo de la armadora.

En una entrevista concedida a la edición digital de la prestigiosa Lloyds List -el mayor registro de buques y asegurador del mundo, con sede en Londres-, el director de la empresa holandesa de salvamento recuerda que "la Smit no trató en ningún momento con especialistas o expertos españoles, sólo con políticos".

Hans Van Rooij asegura que desde el primer día del accidente, el 13 de noviembre, el Gobierno, representado en este caso por el Ministerio de Fomento, se guió más por criterios políticos que por los esgrimidos por los expertos. A su juicio, "ésta es la raíz del problema".

El portavoz de la compañía, con base en Rotterdam, recuerda que la armadora del Prestige recurrió a sus profesionales "teniendo en cuenta su amplia experiencia. "Nuestros técnicos pensaban que la mejor opción era llevar al buque a una zona protegida donde se pudiera trasvasar el fuel de forma controlada porque sabíamos que cinco días con mar agitado pondrían en peligro la integridad del buque y lo irían debilitando cada vez más", explica Van Rooij a la publicación digital de la Lloyds List.

Precisamente, Vigo era el puerto a donde Smit Salvage quería llevar el buque, según confirmó el conselleiro de Pesca, Enrique López Veiga, en una entrevista publicada por este periódico. El director de la empresa de rescate alega que cuando presentaron esa propuesta a los representantes del Ministerio de Fomento, estos le exigieron garantías de que esa alternativa no provocaría una marea contaminante. "Nunca es posible dar garantías al 100 por cien en estas situaciones", argumenta.

La negativa del gobierno fue tajante y Smit incluso recibió "órdenes por escrito" de Fomento para remolcar el buque siniestrado lo más lejos posible del litoral gallego. En este sentido, Rooij aprovecha la reacción española para solicitar a la Unión Europea un sistema de compensación para los puertos-refugio en caso de accidentes similares. "Ningún Capitán Marítimo va a dar su consentimiento si existe la posibilidad de que haya un vertido de fuel. Estas zonas deberían ser compensadas y no penalizadas", declara.

Oferta para vaciar los tanques

Paralelamente, otra división de la misma compañía, Smit International -que reflotó el submarino ruso Kursk- enviará hoy a las autoridades españolas y a la Comisión Europea un plan para tapar las grietas del Prestige y bombear el fuel de sus tanques. En declaraciones a Europa Press, el director de Relaciones Externas de Smit International, Lars Walder, señaló que la compañía estima que el coste de esta operación se situará en torno a 50 millones de euros. Walder precisó que esta cifra representa únicamente una estimación, ya que la empresa, al haber participado en el remolque del Prestige, deberá concretar otros detalles del plan que pueden hacer variar su coste.

Asimismo, añadió que la compañía necesitará uno o dos meses para habilitar los dispositivos que permitan realizar la operación de sellado de grietas y bombeo de fuel, en la que también se emplearían uno o dos meses.

Hans Van Rooij: "Habrá más accidentes en el litoral gallego"

El vicepresidente del Gobierno, Mariano Rajoy, había asegurado que Smit Salvage insistió en llevar al Prestige a un puerto seguro "para sacar más dinero del rescate". En opinión del director de la compañía holandesa, esa reacción demuestra "la falta de pericia del gobierno español".

Además, Hans Van Rooij critica la actitud que tanto España como Francia han mantenido ante este tipo de desastres. "Siempre son los españoles y los franceses los que más protestan, a pesar de que es bien sabido, desde hace cientos de años, que siempre hay desastres en sus costas. Y volverá a suceder", vaticina.

En el caso del Prestige, "los españoles están enfrentándose ahora a la limpieza de más de 200 kilómetros de costa, y por eso su gobierno busca un chivo expiatorio e intenta echarle la culpa a Smit Salvage. Pretenden encontrar defectos en todas nuestras medidas. Ya se nos solicitó toda la documentación sobre el accidente y no tenemos nada que ocultar".

Los reproches de Rooij también afectan al Ejecutivo luso, "porque un buque de guerra de este país ordenó a Smit cambiar de rumbo y seguir una dirección más al oeste, decisión que llevó al buque a aguas aún más peligrosas y agitadas"